Es una imagen con múltiples lecturas. Previamente situémosla en su contexto: durante los últimos días se está recrudeciendo la situación en el Tíbet, concretamente en su capital, Lhasa. El gobierno chino para atajar las manifestaciones y protestas de los tibetanos ha incrementado la presencia policial y el empleo de métodos expeditivos e inadmisibles. Las imágenes que nos llegan desde allí son escasas, pero todas ellas bastante significativas como la presente en esta entrada. Esta imagen en un principio me retrotrae a otra imagen muy difundida en su momento por los medios de comunicación con motivo de los famosos incidentes de la Plaza de Tiananmen. Un joven se plantó, se situó delante de un grupo de carros de combate del ejército chino.En este caso el protagonista es un niño o niña ante un grupo de soldados chinos. ¿Cómo pudo llegar ante ellos y situarse delante de los mismos?. Su terquedad- todos los adultos que hemos pasado por esa etapa sabemos que, siendo niños, cuando se nos mete entre ceja y ceja una idea es muy difícil aplacar dicho objetivo- ¿le posibilitó despegarse de las manos de sus padres y dirigirse hacia ellos?. Una vez ante ellos, ¿qué le llamó la atención de esos soldados? , ¿los cascos?, ¿los escudos? , ¿el traje?. ¿Fue una aproximación para dirigirles una mirada de desaprobación por sus métodos inadecuados ?
No hemos tenido la oportunidad de ver cómo concluyó esta escena, pero no cabe ninguna duda de que hay miradas que lo dicen todo.
