Esta imagen corresponde a una mujer ucraniana asesinada a cuchilladas ayer día 23 de junio en el centro de Madrid. No tengo más datos de esta mujer, pero su vida irremplazable, por muy dura que lo haya sido hasta el día de ayer e insignificante para otros, se ha desvanecido en un suspiro. Y se ha desvanecido de una forma cruel. Viéndola venir, a la muerte, de una manera sigilosa, mas implacable. ¿Qué imágenes habrán recorrido su mente en sus últimos momentos? ¿Qué angustia la habrá acompañado en sus últimos momentos? ¿Qué sueños se habrán truncado en esos últimos momentos?
Decidió romper con lo más querido, seguro que sí, aun siendo doloroso, para encontrar algo más doloroso todavía: el desprecio, la humillación... de personas sin escrúpulos, sin apreciar lo más mínimo su vida. Una vida disuelta en la nada universal. Pero no, seguro que su muerte no habrá sido indiferente para muchas personas, conocidas y no conocidas, porque la muerte es el último acto de la vida y aunque sea el último tiene que ser recordado y compartido sobre todo con aquellas personas, muchísimas, que no han visto sus sueños realizados.